martes, 22 de octubre de 2013

Lituania: Las consecuencias de la marcha de Chevron

(Traducción del artículo "Lithuania:the aftermath of Chevron's pullout" publicado en Natural Gas Europe el  9 de octubre de 2013)

Lo que para uno es una amarga decepción para otro se trata de pura alegría, sin término medio.

La decisión por parte de Chevron de renunciar a la licitación para obtener una licencia que le hubiera permitido realizar prospecciones en busca de hidrocarburos, en los 1800 kilómetros cuadrados de Silute-Taurage ha desatado una avalancha de reacciones tanto amargas como de alegría en el estado báltico.


Sin embargo, el miedo a que la marcha pueda causar considerables daños a los esfuerzos del país por afianzar la independencia energética, su seguridad y su reputación se han impuesto en gran medida. El primer ministro de Lituania, Algirdas Butkevicius, ha abordado la situación y se ha apresurado a sugerir que el estado “pueda” considerar una revisión de la legislación que regula las prospecciones de gas pizarra en el país.

“Merece la pena dar un nuevo planteamiento a la legislación relativa al gas pizarra con una visión que nos permitiría preparar y anunciar finalmente un nuevo concurso público”, declaró Butkevicius durante una entrevista radiofónica después de que Chevron, que citó las “actividades malintencionadas” de algunos políticos por desbaratar los planes de Chevron y “desestabilizar el ambiente político” en el país, tomara la decisión de renunciar a la licitación.

“Además de muchos otros actos legislativos, muchos más se han aprobado tras la anunciación de la concesión de la licitación a Chevron el pasado 16 de septiembre de 2013. Desde el punto de vista de un inversor inteligente es obvio que las inversiones y un cambio en la regulación ambiental tendrán un fuerte impacto en el potencial económico de la región de Silute-Taurage, donde se planearon las obras, y efectivamente han cambiado desde el día en el que ganamos el concurso”, afirmó Chevron en una carta al jefe del gobierno y al ministro de Medio Ambiente.
Con muchas suposiciones acumulándose sobre “qué más” exigió el gigante americano que se cambiara para luego abandonar los planes de búsqueda de gas pizarra en el suroeste de Lituania, quizás merezca la pena prestar más atención al razonamiento del canciller del Ministerio de Medio Ambiente, un cargo parecido al de los secretarios de Estado en España. Este declaró que Chevron buscaba que las condiciones de la licitación mejorasen “considerablemente”. “Los árbitros lituanos no estuvieron de acuerdo con esto”, Robert Klovas, el canciller del ministerio no participó.

La retirada de Chevron ha provocado un efecto dominó en el escenario político del estado báltico y más allá, donde los líderes políticos adviertieron de graves efectos colaterales derivados de la marcha.

“Realmente no veo a ningún gran inversor llamando a la puerta de Lituania por algún tiempo, después de que Lituania haya mandado por los aires una gran oportunidad de inversión de 800 millones de dólares estadounidenses. La cantidad, que según mis cálculos, perderá Lituania a raíz de esta retirada”, afirmó Remigijus Zemaitaitis, un diputado influyente miembro del partido en el gobierno Tvarka ir Teisingumas (Orden y Justicia) al Natural Gas Europe.

“Es un escándalo: la imagen del país se ha echado a perder y las esperanzas de inversión se han arruinado. El siempre vacilante gobierno debe asumir las responsabilidades”, declaró Eligijus Masiulis, diputado y presidente del partido en la oposición Liberalsajudis (Movimiento Liberal).

Este aporta dos opciones en nombre de los liberales para el gobierno.
“En primer lugar, renovar rápidamente las comunicaciones con Chevron, admitiendo algunos errores por nuestra parte e intentar sentarse con la compañía en una ronda de negociaciones para recuperar a Chevron. Si esto no funcionara, entonces urgiríamos a que se organizara un nuevo concurso con los términos y las condiciones definidos lo más pronto posible”, expuso Masiulis a Natural Gas Europe.

Además aseguró que ya se ha puesto en contacto con el Primer Ministro lituano, Algirdas Butkevicius, aunque “no ha escuchado nada prometedor por parte del mandatario”, aparte del hecho de que el jefe de gobierno va a crear un grupo de trabajo para discutir un nuevo concurso público.

Culpa al líder del gobierno del fracaso y afirma que la oposición vio claramente una falta de coordinación en los actos de este, al igual que en el grupo mayoritario del parlamento lituano.

“Se veía venir desde el principio. El ministro de medio ambiente respaldó la adhesión de Chevron desde el principio, mientras que otros ministros socialdemócratas intentaron bloquearla al aprobar cambios de forma caótica en las regulaciones sobre las leyes y las cargas fiscales relacionadas con el medio ambiente”, afirmó el líder liberal.

En sus palabras, Lituania ha mostrado una imagen de ser “un estado incivilizado” y ha enviado una imagen negativa a los inversores potenciales. Sin embargo su mayor temor ahora mismo es que la inacción del gobierno lleve al abandono del proyecto de la planta de energía nuclear Visaginas, otro proyecto estratégico en lo que se refiere a la energía.

“Veo muchas similitudes a la hora de modificar y endurecer la legislación relacionada con la planta nuclear. Además, incluso el gobierno ha decidido hacerse cargo del proyecto. Dudo que pueda conseguir reunir el apoyo de los socialdemócratas en el parlamento”, explicó Masiulis.
Juozas Olekas, un influyente socialdemócrata,descartó la posibilidad de intentar recuperar a Chevron en las mesa de negociaciones.

“Vamos, ¿realmente piensan (los liberales) qué consideraríamos llevar a cabo esa idea? Nos hemos esforzado enormemente por mantener a Chevron en Lituania, y quien eche un vistazo a la votación sobre la legislación de las prospecciones de hidrocarburos en el parlamento, verá que fueron diputados de todos los partidos quienes votaron en contra. De hecho, soy partidario de que el anterior gobierno conservador es realmente a quien hay que culpar por la marcha, pues cuando estaba en el poder no se dirigió en ningún momento al rechazo público manifiesto contra las prospecciones ni hizo nada por la preparación insuficiente de la instituciones estatales”, declaró Olekas a Natural Gas Europe.

Kestutis Masiulis, un diputado conservador, también insistió en que no le sorprendería ver como se desbaratan en un futuro cercano otros dos proyectos cruciales para la política energética de Lituania, la planta de energía nuclear Visaginas concedida a Hitachi y la plataforma de gas natural licuado Klaipeda.

“Gazprom ya no cabe en sí de felicidad al ver como se iba Chevron. Ahora es el turno de hacerse cargo de de los otros dos proyectos energéticos de gran importancia para que Lituania siga siendo el reino de Gazprom”, afirmó el tocayo del liberal Eligijus Masiulis a Natural Gas Europe.

A la luz de la guerra económica que Rusia está llevando a cabo contra Lituania, pues ya se han realizados prohibiciones de importar productos diarios de Lituania a Rusia, y cientos de camiones lituanos permanecen retenidos durante semanas en la frontera por los controles de aduana, los temores ante los actos malintencionados de Rusia, enfrentada al hecho de que Lituania sea la que ostente actualmente el cargo de presidente del Consejo Europeo, están aumentando de forma considerable en el báltico.

Por otro lado y un poco más distendido, algunos políticos y analistas han declarado medio en broma que si una empresa extranjera de alimentación o una fábrica de muebles decidiera entrar en suelo lituano, el trabajo de un inversor hubiera sido simple, pues nadie nunca le haría pasar a ese tipo de inversor una docena de actos legislativos ni conciliarse con la voluntad popular.
Sin embargo, cuando se trata de prospecciones en busca de hidrocarburos hay mucho más en juego.

“No quiero ser un heraldo del infortunio, pero la japonesa Hitachi Ltd puede que siga el mismo camino que la empresa americana por los mismos motivos. La única diferencia que veo es que la paciencia de los japoneses es más fuerte, por lo que siguen aquí esperando”, predijo el famoso analista Gitanas Nauseda.
Este declaró que Lituania “se ha perdido”  entre su sed por descubrir el alcance real de sus recursos de hidrocarburos y las exigencias de los inversores.

“Las estimaciones teóricas de recursos gas pizarra y petróleo por toda Europa no prometen ningún descubrimiento milagroso en suelo lituano. Quizás haya alguna reserva insignificante. Pero el fondo de la cuestión es que hemos perdido una excelente oportunidad de descubrir qué cantidad exacta de recursos hay debajo, y qué hay exactamente ahí abajo. ¿Qué pasa si no hay nada? Si lo supiéramos con seguridad, nos tranquilizaríamos. Ahora no estaremos tranquilos por bastante tiempo con el interrogante en el aire. Además, nosotros solos estropearemos la imagen de Lituania como un país donde invertir. Desgraciadamente la hemos fastidiado en el ámbito más importante para nosotros, en el campo de la independencia energética y la seguridad” enfatizó Nauseda.
El líder de la oposición lituana, Andrius Kubilius, cuyo gobierno tuvo el mérito de haber atraído a Chevron al estado báltico, criticó al gobierno socialdemócrata por su “costosa inactividad y su impasibilidad”.

En su opinión, la actual administración ha sido la culpable de la marcha de “una moderna inversión que podría haber cambiado Lituania y haber garantizado la seguridad energética”.

El líder conservador declaró al respecto que la retirada de Chevron es “un triunfo” del único suministrador de gas del estado: el holding ruso Gazprom.
Mientras tanto, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, ha entrado en el asunto, declarando: “Deberíamos ser conscientes de que nuestros últimos actos en relación a la legislación sobre hidrocarburos han cambiado de forma significativa el marco legal para los inversores. Por esto, deberíamos retirarla”.

Sin embargo, se detuvo justo antes de culpar a los socialdemócratas y a su líder.
“Ahora, tampoco me gustaría culpar a nadie o señalar, pero el hecho en sí es amargo. Obviamente, habrá una pausa en los esfuerzos por lograr la seguridad energética. Seguramente las riquezas de las profundidades de nuestro suelo no desaparecerán por esto, pero de alguna forma, esta batalla se pospone en parte hacia el futuro. Uno de los proyectos estratégicos que hubiera sido de mayor importancia en la búsqueda de la independencia energética se ha complicado”, declaró la presidenta.
E irónicamente, una vez que Chevron se ha marchado, ha habido un gran cambio en la opinión pública con respecto a la compañía y su campaña en Lituania.

Los lituanos, de los cuales la mayoría hace unos días se enfurecían con solo mencionar el nombre de Chevron, la han aceptado con un sorprendente 60 % a favor según la encuesta de la página de moda Delfi.lt sobre el hecho de que si la marcha de Chevron significa un golpe para la economía lituana y la imagen del país.

Probablemente la marcha no provocara un golpe inminente en las bases del gobierno, pero incluso algunos de los más acérrimos anti-chevronistas han admitido que tanto la reputación de la compañía como la de Lituania se ha tambaleado.
“Alabo a Chevron por la decisión, pero lo veo como un resultado de los esfuerzos conjuntos de las comunidades y los políticos que han venido a defender los intereses de la nación. El gobierno tendrá que enfrentarse a un gran número de acusaciones, en algunos casos totalmente infundadas, durante los próximos meses, además de dar explicaciones sobre la situación con respecto a los inversores, pero el hecho de defender el interés de la nación sobrepasa todo eso”, afirmó el diputado Algirdas Salamakinas.

Como ejemplo mencionó el caso de Polonia, donde una gran compañía extranjera en busca de gas pizarra también acabo retirándose, por lo cual al final se creó una compañía polaca con el mismo propósito, de la que el estado es dueño de un 75 %.
“Nuestro objetivo es seguir el ejemplo de Polonia”, sugirió el socialdemócrata.
Sin embargo Nauseda, el analista, está en desacuerdo: “Vamos a evaluar seriamente si con la experiencia y la habilidad y capacidad tecnológicas que poseemos, seremos capaces de hacer lo que Chevron podría haber realizado. ¿Disponemos de tanto dinero? Y dejemos de fanfarronear con que podemos construir nuestra propia planta nuclear si Hitachi decide marcharse”.

También hay algunos políticos que se declaran en contra de las prospecciones, que incluso con Chevron fuera, sospechan que la compañía planea algún truco.

“Todo esto me parece un truco. No me sorprendería que la compañía hubiera elegido el “Plan B” para poder introducirse en Lituania a través de algunas de las compañías ya existentes con relaciones con Chevron.”, aseguró Linas Balsys, parlamentario y presidente del Partido Verde, además de uno de los más acérrimos oponentes de Chevron.

A la pregunta de qué es el “Plan B”, respondió que Chevron podría intentar continuar con la oferta a través de algunas de las sociedades capitalistas LL Investicijos y Minijos Nafta a las que ya se les ha concedido los derechos de realizar prospecciones y minería en el 2009.

“El objetivo último de nuestro partido es rechazar las licencias a las compañías que realicen este tipo de actividad”, explicó a Natural Gas Europe.
Mientras tanto, en la región de Taurage-Silute, la cuestión de las prospecciones ha enfrentado a los habitantes desde hace bastante tiempo.

“Al final, el hecho de que la tierra haya alcanzado precios récord tras la llegada anticipada de Chevron se ha hecho notar, concretamente con el cambio de opinión de muchos habitantes, ahora a favor de los estadounidenses”, según un habitante de Zygaiciai, el epicentro de la resistencia a las prospecciones.

Tras la concesión del contrato a Chevron a mediados de septiembre, el precio de las tierras de cultivo en la región se han disparado de 3000 litas (unos 870 €) a unas sorprendentes 20000 litas (más de 5700 €), lo que ha convertido a algunos habitantes en ricos.

“Ahora, aquellos que se enriquecieron de repente miran con desprecio a los activistas que se fueron con nada y que ahora plantean la pregunta de qué hubiera pasado si Chevron se hubiera instalado”. Muchos de ellos están de acuerdo en que la vida en el pueblo hubiera cambiado, y no necesariamente para peor”, afirmó un habitante del pueblo de forma anónima a Natural Gas Europe.